El objeto presentado es un acta de juicio de mi tatarabuela, Teresa Duque, fechada el 6 de mayo
de 1939 en Puertollano, Ciudad Real. Este documento llegó a mis manos gracias a mi abuela,
quien ha tenido la paciencia y dedicación de responder a todas las preguntas que le he planteado
sobre la historia de nuestra familia a lo largo de la Guerra Civil. Por este motivo, y con el objetivo
de lograr una mejor comprensión, me propongo relatar la historia desde su perspectiva:
Mi madre siempre me ha contado lo que sucedió aquel día. Mi tío, al igual que mi madre, ocupaban
Al día siguiente llegaron los soldados, pusieron toda la casa patas arriba y al no encontrar a mi tío,
decidieron llevarse a mi abuela. Fue así como separaron a nuestra familia. Mi madre, después
de ver como un hermano huía, otra moría y a otros se los llevaban a colegios de caridad, decidió
llevar a su única hija, que había nacido en ese entonces, y partir tras mi abuela para poder
llevarle diariamente la escasa comida que tenía y asegurarse de que estuviera lo mejor posible
en esa situación. Después de pasar por muchas cárceles, mi abuela acabó en Santander.
Mi madre logró encontrarla después de haber perdido la pista al salir de Puertollano e iba a verla
a diario. Sin embargo, a las pocas semanas de encontrarla, un día, cuando fue a llevarle una fruta,
el secretario le dijo que había muerto a causa de una enfermedad y ya no estaba allí. Lo último
que decía mi madre siempre que le preguntaba era “yo la vi el día anterior y no estaba tan enferma.
Mi madre no se murió; a mi madre la fusilaron”. Nunca sabremos si fue así, pero hoy en día no
hemos conseguido saber dónde está enterrada mi abuela.
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