Para ti, Geni adorada; para que perdure mi imagen en tus pupilas, como tu amor en
mi corazón más allá de la muerte —Fernando. Toreno, 12.12.1940.
Con esta frase manuscrita en el retrato que le dibujó Antonio Buero Vallejo en la
prisión de Conde de Toreno, fechada justo el día antes de su fusilamiento, Fernando
se despide para siempre de su compañera, Eugenia Zamarrón. Y no fue el único recuerdo maravilloso que recibió Geni de Fernando en aquellos terribles días. La familia Zamarrón también logró conservar un joyero de madera con dibujos alegóricos y con una mujer tallada en hueso realizado en los talleres de la cárcel.
Fernando Valentí se destacó en guerra por sus labores y pericia investigadora en defensa de la II República y contra la quinta columna que operaba en la capital en apoyo al levantamiento fascista, asestando duros golpes a sus integrantes.
Al finalizar la contienda, sin barcos en Levante y sin posibilidad de escapar junto
a su novia del previsible destino que tenían reservado para él sus enemigos, ambos son apresados en Albatera. Al ser identificado, Fernando es conducido a la prisión habilitada de Conde de Toreno. Sentenciado a muerte en consejo de guerra, es fusilado junto a las tapias del cementerio del Este el 13 de diciembre de 1940. Eugenia quedó en libertad unos meses después de ser detenida y rehízo como pudo su vida, conservando la memoria de Valentí y estas obras de arte como tesoros.